La huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero que produce el ser humano al fabricar un producto o realizar sus actividades diarias. Es la huella que deja nuestro paso en el planeta.
Cada uno de nosotros deja una huella de carbono en el planeta según nuestra alimentación, cómo realizamos las compras diarias, qué consumo energético hacemos, qué medio de transporte utilizamos.
Nuestra huella es el impacto de nuestra vida en el planeta. La mía, la tuya, la de todos. Por eso es necesario unir esfuerzos porque la vida depende de todos.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que:
“La interdependencia de las criaturas es querida por Dios. El sol y la luna, el cedro y la florecilla, el águila y el gorrión, las innumerables diversidades y desigualdades significan que ninguna criatura se basta a sí misma, que no existen sino en dependencia unas de otras, para complementarse y servirse mutuamente” (n.63)
Y la encíclica Laudato si (Alabado Seas) afirma:
“Un mundo interdependiente no significa únicamente entender que las consecuencias perjudiciales de los estilos de vida, producción y consumo afectan a todos, sino principalmente procurar que las soluciones se propongan desde una perspectiva global y no sólo en defensa de los intereses de algunos países. La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común.”
Es decir, somos UNO. Dios nos creó únicos y al mismo tiempo interdependientes. Por eso, si nos esforzamos por hacer las cosas bien, el bien no será solo para cada uno sino para todos.
PARA SABER MÁS
Hacé una lista de acciones que, individualmente y como sociedad, reducen la huella de carbono.
Con ayuda de la imagen de la huella y lo que enseña el video,
pensá con tu familia y tu grupo cuál será tu aporte para que tu huella sea más chiquita.
Si querés, contanos escribiéndonos a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.