Los pingüinos viven en la costa de mar a lo largo de toda Sudamérica, tanto en nuestra Patagonia argentina como en el sur de Chile. En nuestro país, se distribuyen desde Península Valdés, en Chubut, hasta la Isla de los Estados, en Tierra del Fuego. Y todos los años, después de aparearse y reproducirse entre septiembre y marzo, renuevan su plumaje y comienzan un viaje de alrededor de 6 meses que los lleva hasta la altura de Río de Janeiro, en Brasil. Pueden llegar a recorrer 5.000 kilómetros.
“Estos animales pasan gran parte de su vida en el agua buscando alimento, por lo que no es un buen síntoma que aparezcan solos en nuestras playas. Por algún motivo, en su periplo migratorio, no están encontrando suficiente alimento y salen hambrientos a nuestras costas” explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino. A veces, llegan también cubiertos del petróleo que vierten los barcos en alta mar.
Los biólogos que les salvaron la vida debieron esperar a que todos se recuperaran para devolverlos juntos al mar porque los pingüinos son aves marinas muy “comunitarias” que se mueven siempre juntas.
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Estos pingüinos llegan perdidos y enfermos a la costa porque…
- Los barcos pesqueros, muchos de ellos piratas, arrasan con las especies que los alimentan.
- No hacen caso a su líder.
- El agua está contaminada.
- Son muy curiosos.
- Se pegotean en los derrames de petróleo que provocan los barcos en alta mar.
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