Del agua potable depende la vida. Sin embargo, en la región del norte argentino, 5.000 habitantes no tenían acceso a ella. Con este plan, las localidades de Santa Victoria Este y Rivadavia fueron las primeras beneficiadas. Pero les seguirán otras muchas.
De los 22 pozos, 15 corresponden a perforaciones profundas para la provisión de agua potable destinada al consumo humano y a la producción. Suponen la exploración de acuíferos, la instalación de un sistema solar de bombeo, el tratamiento con cloro en cada pozo, el almacenamiento en altura de 10 mil litros con bajada a canillas comunitarias y la derivación para riego.
Las obras son promovidas por la Dirección Nacional de Bosques del Ministerio de Ambiente de la Nación y el Fondo para la Protección de los Bosques Nativos para fortalecer los medios de vida de las comunidades más postergadas y
garantizar su acceso a los recursos necesarios para su desarrollo.