El 12 de junio se celebra el Día mundial contra el trabajo infantil con un llamamiento a aumentar la protección social y alejar a los niños del trabajo porque su derecho en la infancia es estudiar y jugar. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, a principios de 2020, 160 millones de niños –63 millones de niñas y 97 millones de niños– estaban en situación de trabajo, lo que representaba 1 de cada 10 niños en todo el mundo.
En Argentina el trabajo infantil está prohibido y regulado entre los 16 y 17 años.
Sin embargo, los niños comienzan a trabajar a los 11 años en promedio, lo que compite con su trayectoria escolar, les quita horas de juego y muchas veces ni siquiera les pagan por su trabajo.
Lamentablemente que niños y niñas trabajen en lugar de ir a la escuela “no es visto como un problema grave”. Trabajan para ayudar al hogar alejándose de la escuela, de la educación, lo único que los prepara para una vida digna y los protege del mundo de las drogas y del delito. En el mejor de los casos, sobre todo entre los más grandecitos, estudiar y trabajar se convirtió en los últimos años en un nuevo desafío para la infancia argentina.