Investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) comprobaron que una especie de gusano que come poliestireno podría resolver el problema del reciclaje de plástico a escala mundial.
Los súpergusanos fueron alimentados con diferentes dietas durante un periodo de tres semanas: a algunos les dieron espuma de poliestireno, a otros salvado y a otros una dieta de ayuno. Los que comieron poliestireno no solo sobrevivieron saludablemente sino que engordaron, lo que indica que obtuvieron energía del material, muy probablemente con la ayuda de unas específicas enzimas intestinales.
A partir del descubrimiento los científicos se proponen cultivar esas enzimas en el laboratorio y seguir probando su capacidad para degradar el poliestireno y ampliarlo con sus residuos hasta el nivel necesario para una planta de reciclaje completa.