La medida consiste en una suma de manifestaciones en los lugres de trabajo y en las calles, “huelga” de consumo (suprimir toda compra innecersaria) y demás expresiones en apoyo de la lucha climática.
En años anteriores, miles de jóvenes salieron a las calles desde México a la Argentina y Chile, pasando por Brasil, Colombia y demás países de la región, sumándose a las protestas convocadas por la activista sueca Greta Thunberg y el movimiento Fridays For Future (Viernes por el futuro). En particular, las denuncias contra el presidente Jair Bolsonaro por la destrucción de la selva amazónica están a la orden del día.
La Huelga Mundial por el Clima reclama que se declare la emergencia climática y se impulsen con toda urgencia las medidas necesarias para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5º centígrado a finales del siglo.